Sunday, November 29, 2009

Historia para no dormir...en casa

Habéis pensado alguna vez si esa fuerza que todo lo cubre, todo lo rodea y todo lo ve, sea lo que sea, os odia?
Yo sí, y cada vez más a menudo. Sólo así consigo encontrar una explicación a porqué me pasan las cosas más raras a mí (y no me refiero al puñetazo en mis partes que me dió una de las prostitutas de la calle Montera cuando le dije que no a su ofrecimiento de ir a fo***r).
El caso es que el jueves al llegar al máster a las 16:30 con la lengua fuera después de estar toda la mñana "trabajando" (las comillas son imprescindibles para denominar a esa actividad que llevo dos semanas desarrollando y que a lo mejor no me reporta beneficio alguno), me dijeron que no había clase a primera hora.
- Y eso es bueno o malo?- pensé yo, llegué a la conclusión de que era bueno, porque tuve algo de tiempo para relajarme. El día siguiente, viernes, me dijeron lo mismo pero en relación a la última clase y esa sí era una buena noticia, porque pudimos irnos a las 8 y no a las 9:30, lo que me dejaba más tiempo aún para descansar y hacer cualquier cosa.
Me decidí entonces a ir a comprar un poco ya que la nevera estaba algo vacía. Así que llegué a casa, entré en el portal y, después de subir los cuatro pisos, intenté entrar en la puerta de arriba, la que está antes de la de casa y la llave no funcionó. Después de media hora de reloj, decidí irme a un bar a esperar a que alguien me viniera a echar un cable para entrar. Llamé a mi hermana, a mi hermano y a mi madre, todos con el nóvil apagado o fuera de cobertura, llamé a la hermana del novio de mi hermana, que tiene llaves del piso...
Total, que al final era problema de la puerta, vino el vecino después de que le avisara mi hermana y lo intentó durante un buen rato, hasta que lo consiguió y yo quedé como un flojucho delante de él y sus amigos. Nos aseguramos de que no se volviera a bloquear y todos tan contentos.
Resultado: tres horas de mi vida perdidas, cinco euros por un té y un aquarius y una situación extraña para conocer a los vecinos...
Ah! Y otra extravagante historia para mi blog.

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