Dublín y su aeropuerto

Pues después de las ocho horazas de viaje desde Chicago, y de despedirme de Katherine, me quedaba el dilema de qué hacer con las 22 horas de espera en el aeropuerto hasta mi siguiente vuelo.

Como os digo llegué a Dublín a las 8-8:30 de la mañana y, debido a que cambiaron mi vuelo los de Aer Lingus, el siguiente, que inicialmente era para las 7 de la tarde, salía a las 6:20... de la mañana del sábado, día 23 de mayo. Vamos, 23 horas después.

Al principio, me dispuse a arreglar los pormenores de una larga estancia en un aeropuerto.

Lo primero fue conectar el ordenador a la corriente para tener batería...pero el adaptador universal del Walgreens de Chicago, no era el adecuado para el cambio de corriente (vaya mierda). me fui a un sitio que ponía "pharmacy" a preguntar dónde podía encontrar uno y la tía me dice "aquí", y cuando me doy cuenta no hay ni un solo medicamento a mi alrededor. después de eso, encendí el ordenador para conectarme a internet, pero claro, gratis no hay nada en esta vida, no? Así que compré un ticket en internet (3€ media hora, madre de Dios).

Una vez estaba todo medio resuelto me fui al cajero a por pasta, pero mi tarjeta no funcionaba. Me fui un rollo de cambio de divisas donde me explicaron que era porque había metido el pin mal 3 veces, me "dieron" ellos la pasta y me clavaron 4€, hala.

De ahí me cogí el bus al centro, por 10€, el bus, ida y vuelta.

La ciudad muy chula, pero ya la había visto y estaba más muerto que vivo del cansancio.

Una vez allí me recorrí la ciudad en unas 4 horas, volví al aeropuerto y allí me inventé mil y una formas de pasar el rato (y por rato digo 18 horas). 999 fallaron, así intenté echarme una siesta numerosas veces y me tragué 8 capitulazos de la octava temporada de Expediente X.

"Bottom line": no os paseis un día entero de un aeropuerto, en serio, aunque suene fácil y barato, es muy, muy, muy coñazo...